PASEANDO CON LAS GAFAS EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA
Una sola frase bastaría para englobar todo lo
que creo que puedo hacer en mi centro de trabajo en materia de igualdad de
trato y no discriminación: "animar a mis compañeras y compañeros a que se
apunten a las próximas convocatorias de este curso y puedan ponerse unas gafas
que ayudan a ver realidades diferentes". Tomar conciencia, "educarnos" en aprender a mirar, no se
hace sólo desde una única mirada sino cuando somos grupo y compartimos lo que
vemos, cómo lo vemos, cómo lo deberíamos ver y, sobra todo, cómo les gustaría que les viéramos. Por eso es necesario, cuando no
imprescindible, apuntarnos a estos cursos.
Como imagino que esta respuesta puede parecer
de “pelota” o de “muy de pelota” voy a explicarla. Soy empleado público de la Biblioteca Nacional y aunque mi puesto
de trabajo está en la Sede de la calle Recoletos de Madrid, casi dos veces al
mes voy a la sede que la Biblioteca tienen en Alcalá de Henares, en la
carretera de Meco.
Durante años un grupo de trabajadoras y
trabajadores de la BNE estuvimos intentando que esta institución fuese accesible,
tanto para el público como para el personal, y nos enfrentamos contra un muro
que se escudaba en el "no hay dinero" o en el "para qué va a
venir un ciego a la Biblioteca", “esto es un edificio
histórico y no se puede hacer nada sin la aprobación de Patrimonio” y en el caso de la Sede de Alcalá, además, “eso es cosa de la Universidad de Alcalá y del
Ayuntamiento”; la culpa de la inacción siempre la tiene un “otro” sobre el que no
se puede hacer nada. Conseguimos,
publicando en los tablones de la cafetería (doy la enhorabuena a quien/es
tuvieron la idea de poner ese nombre al espacio de encuentro del curso), un
relato donde describíamos un día de trabajo, en cada una de las dos sedes, de una investigadora que utiliza silla de ruedas para su día a día. Si bien conseguimos que la Dirección se
concienciase y modificó los aseos para que hubiese en cada planta de las salas
de consulta y la de la cafetería un aseo para personas con movilidad, reducida no
logramos que las personas con discapacidad fuesen totalmente independientes y,
hasta hoy, siguen necesitando que alguien les abra las puertas de acceso a las
salas de consulta y en el caso de personas con capacidad visual reducida o con
pérdida absoluta de visión no hay ni una sola señalización que les facilite
moverse de manera autónoma por la Biblioteca. En la sede de Alcalá, si se
utiliza transporte público, este o te deja a más de un kilómetro o tienes que desplazarte
por una carretera en la que no hay arcén; obviamente, en este caso, o se
utiliza el transporte privado o aumentamos el riesgo a sufrir un accidente. En
cuanto a la sede del Paseo de Recoletos, las personas que sois de Madrid o estuvisteis
por aquí en 2016 y en 2021 no sé si recordaréis que estuvo cerrado el túnel que
une que las estaciones de Atocha con Chamartín, cerrando el acceso de Renfe que
está prácticamente en la puerta de la Biblioteca; en este caso tuve que
registrar, como ciudadano, una reclamación ante Adif, el Ministerio correspondiente
en aquel momento, el Defensor del Pueblo y con copia un medio de comunicación,
solicitando una explicación de cómo era posible que con el dineral que se
estaba invirtiendo en ninguna de las obras de acondicionamiento se había
previsto que la estación de “Recoletos” fuese accesible para personas con
movilidad reducida. Ni Adif, ni el Ministerio me contestaron; sí el Defensor del
Pueblo, indicándome que debía plantear la situación conforme a un procedimiento
administrativo que ya ni recuerdo. Sin embargo, curiosamente, las obras continúan
porque están haciendo accesible la estación; según el proyecto las obras que se
iban a hacer terminaban en septiembre de 2021. Está bien informar y visualizar,
a los informados, a quien se informa:
aparece la diosa Casualidad. Cuando las obras acaben, el personal y el público con
problemas para desplazarse tendrá más fácil el acceso a la Biblioteca en la
sede de Recoletos. Mientras tanto, con periodicidad seguimos reclamando que la BNE se accesible y se faciliten itinerarios
y puestos de lectura adaptados a personas con discapacidad (para los
puestos de trabajo contamos con la Ley 31/1995 de prevención de riesgos
laborales, el servicio de prevención ajeno y el Comité de Seguridad y Salud
para facilitar la adaptación).
Hace unos meses una compañera de una de las empresas que
tiene contratada la BNE me dijo, visiblemente afectada, que su empresa la había
despedido estando de baja, sin más motivo que estar descontenta con el trabajo
que llevaba realizando desde hacía 3 meses, sin haberle comunicado nada de ese
descontento ni su jefa directa, ni la coordinadora del proyecto ni nadie de la
empresa. Además de darle varios teléfonos para que se pusiera en contacto con sindicatos
de su sector de actividad le recomendé que se acercara a la plaza de Zerolo (creo
que la han cambiado de nombre, no estoy
seguro) donde sé que hay varias asesorías laborales que dan una gran cobertura
al colectivo LGTBIQ+ porque, quizá, su condición de transexual había influido
en la decisión de la empresa. El miedo a pasar a formar parte de listas negras de
personas incómodas para trabajar en empresas que tienen proyectos con buenos clientes, como la Administración, ha puesto un límite
que le cuesta mucho superar.
Todas y todos somos conscientes de que las empresas tienen que ganar dinero para
subsistir y, en el caso de la externalización de servicios, si el precio que oferta la empresa ganadora es muy bajo, aunque demuestre
que no es baja temeraria, o bien el pliego está mal hecho o bien la calidad del
servicio va a terminar por no ajustarse a lo contratado o bien jugarán con el número
de efectivos que se pone a disposición del cliente o bien serán estos efectivos
los que “pagen” el precio que debería haber puesto la empresa adjudicataria en
la licitación o bien todas estas circunstancias a la vez. Para que impedir que estos
hechos puedan volver a ocurrir, continúo reclamando a las compañeras y
compañeros que afine mucho en los pliegos de prescripciones técnicas en este tipo
de contratos así como la puesta en valor de decálogos de Buenas Prácticas de
las empresas que concursan dado que suelen contratar a personas vulnerables, de
difícil inserción laboral, así como si
tienen reconocidos Comités de Empresa o Delegados de Personal, Comités de
Seguridad y Salud Laboral o Delegados de Prevención como garantía de
responsabilidad laboral hacia su personal.
Finalmente, para terminar con este breve paseo por la BNE, he
advertido la tremenda brecha generacional que tenemos en la BNE, con la pérdida
de talento y conocimiento en la marcha
de las generaciones intermedias a otras instituciones en las que la gestión del
trabajo permite una mejor carrera profesional. Esta brecha favorece el
aislamiento, no hay lo que he aprendido estos días que se conoce como mentoring
inverso, y es una pena la falta de interacción y aquí reconozco mi debilidad
para encontrar una solución. Tengo que aprender y mucho en esta dirección.
Confío en que INAP favorezca esta formación que tengo que buscar.
Gracias a este
curso me he interesado por algo que aunque sabía que existía no le había
prestado demasiada atención y ese algo es “LA PALABRA”. Ya sea escrita, en
imagen, oída o significada, con ella nos educan y educamos y en la BNE está
guardada toda nuestra cultura de la palabra. Para recuperar cualquier información
tenemos que recurrir, casi en el 100% de los casos, a la palabra. Me pregunté entonces por los proyectos que tiene la Biblioteca Nacional para recuperar información utilizando palabras
inclusivas y comprobé que ninguno y que toda aquello que se puede recuperar ha
dependido y depende de la profesionalidad
de la persona que ha clasificado la información y su permeabilidad a
interiorizar los cambios en la mirada, en tener las gafas que comentaba al
principio de este texto. ¿Qué he hecho entonces? Informar a quienes pueden “motivar”
comentándoles este curso, lo que me ha aportado y mi compromiso para poner en
valor el trabajo de la BNE en inclusión e igualdad de trato mediante este
trabajo último P2P. He pedido ayuda en modo de información y, aunque se han comprometido
a facilitármela, aún no lo han hecho y, en parte, sé lo que eso significa:
están mirando de qué manera pueden “vender” el valor de la inclusión y la
igualdad de trato como parte de la responsabilidad social de la BNE, como parte
de la imagen que quiere dar la BNE. Por si acaso, he enviado a mi
sindicato, UGT, para que sean tratados
en la próxima reunión del mes de mayo de la Mesa Delegada del Ministerio de
Cultura, los siguientes puntos a tratar en el orden del día:
*Elaboración del protocolo contra actos de violencia de terceros a
los Empleados Públicos en los centros de trabajo del MC y sus organismos autónomos. Iniciativas en el MC.
*Elaboración del protocolo de violencia de género en los centros
de trabajo del MC y sus organismos autónomos;
iniciativa en el MC.
*Proyectos de SSCC y de los OO.AA. del MC en
materia de Igualdad de trato y no discriminación:
- antigitanismo
- aporofobia
- creencias, ideologías, prácticas religiosas
- discapacidad cognitiva
- discapacidad sensorial
- discriminación generacional
- discriminación por razón de enfermedad
- discriminación por sexo
- glotofobia
- orientación sexual e identidad de género
- racismo/xenofobia
- ... .
Es decir, quiero aprovechar todos los foros para visualizar la igualdad de trato y no discriminación.
Pero todo esto
no es suficiente, no tiene más valor que el valor del instante si estas gafas
las identifican con alguien, con un nombre: "si hay alguien, ese o esa, que ya las lleva ¿para qué las voy a llevar yo?
¿qué necesidad tengo de llevarlas?". Trabajo,
como os he dicho, en la Biblioteca Nacional de España, en el Servicio de
Dibujos y Grabados, en el equipo que lleva la gestión de los ejemplares que nos
solicitan para salir a exposiciones, pero como me conocen en la Biblioteca es
por ser “el de UGT” ; me da mucha rabia porque me estigmatizan y no me ven como
un compañero. Por este motivo, cuando transmito lo que veo con las gafas, noto
como marcan con “UGT” la mirada y se
alejan. Quien dice UGT puede decir otra señalización: CCOO, o CNT, o Podemita o Rojo o Hippie
o Ñoño.. o lo que sea; parece que el que haya alguien que se preocupa ya complace a las
conciencias. Esto no basta, es un error y por eso lo que más me ha hecho ver
este curso es la NECESIDAD DE QUE TOD@S lo realicemos.
Ha sido un
placer pertenecer a este grupo de 1.500
personas que hemos participado en el curso.
Gracias a tod@s
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